domingo, 8 de junio de 2008

Campaña de Berlín


ANTECEDENTES





Hasta el inicio de 1945, el Frente Oriental se había mantenido relativamente estable desde Agosto de 1944, tras las consecuencias de la Operación Bagration.

Rumania y Bulgaria habían sido forzadas a rendirse y declarar la guerra a Alemania, además los alemanes habían perdido Budapest y la mayor parte de Hungría.

De esta manera, el llano polaco fue abierto al Ejército Rojo.

Los comandant-es soviéticos, después de su inacción durante el Alzamiento de Varsovia, avanzaron finalmente sobre la capital polaca en enero de 1945.

Durante 3 días, con un amplio frente, cuatro ejércitos soviéticos comenzaron una ofensiva a través del río Narew y desde Varsovia.

Después de cuatro días de lucha, el Ejército Rojo logró vencer la resistencia alemana y comenzó a moverse hacia el oeste, recorriendo hasta 40 kilómetros por día, tomando los estados bálticos, Danzig o Gdańsk, Prusia del Este, Poznań, trazando un nuevo frente a sólo sesenta kilómetros al este de Berlín, a lo largo del río Oder.

Un contraataque fallido llevado a cabo el 24 de febrero por el recién creado Grupo del Ejército Vístula, bajo el mando nominal de Heinrich Himmler, permitió al Ejército Rojo apoderarse de Pomerania y eliminar toda la resistencia en la orilla derecha del Oder.

Mientras tanto, en el sur, los continuos intentos alemanes de levantar el sitio de Budapest fallaron y, finalmente, la ciudad cayó ante los rusos el 13 de febrero.

A pesar de que la derrota era inevitable, Hitler seguía ordenando contraata-ques imposibles, así como la ejecución de tareas irrealizables.

Una ofensiva para capturar el Danubio fue llevada a cabo el 16 de marzo, sin cumplir su objetivo.

El 30 de marzo, los soviéticos entraron a Austria y el 13 de abril, tomaron Viena.















A pesar de que la producción militar alemana había caído a niveles desesperantes, y las reservas de combustible eran más que insuficientes, las tropas alemanas peleaban con mayor fiereza que nunca y por diversas razones:

- El fanatismo nacionalista y anti-comunista.

- La humillación que suponía una rendición incondicional y los millones de refugiados que iban a ser capturados por los rusos.


Estas eran las principales razones que tenía el soldado alemán para oponer resistencia al Ejército Rojo.

De esta manera, la ofensiva hacia Berlín resultaba más lenta de lo que a Stalin le gustaba.

Además, la negativa de Hitler a abandonar la capital del Reich obligaba a los generales alemanes a defenderla a toda costa, ya que habían hecho un juramento de lealtad al Führer, el cual también había ordenado no evacuar la ciudad.

Stalin, por su parte, hacía creer a Eisenhower que la ofensiva sobre Berlín era una distracción para una real ofensiva sobre Dresde y le decía que la última guarida de los nazis estaba en Baviera, cuna del nacional-socialismo alemán, y en el Alpenfestung (fortaleza alpina), en vez de en Berlín, pero al mismo tiempo urgía a los generales Zhúkov y Koniev a capturar la capital del Reich lo más pronto posible para capturar todo lo posible de tecnología nazi en la capital.

Durante un tiempo los americanos planearon enviar paracaidistas sobre Berlín para capturarla, pero Eisenhower no tenía deseos de capturar la ciudad antes que los rusos y, asegurando que las bajas serían elevadas, abandonó el plan, ya que para los americanos era mucho más importante en ese momento la Guerra en el Pacífico contra Japón.







Batalla de las Colinas de Seelow





El 9 de abril de 1945, la ciudad prusiana de Königsberg se rindió al Segundo Frente Bielorruso al mando del General Konstantin Rokossovsky.

Inmediatamente después, Rokossovsky y sus tropas avanzaron al frente del Oder.

La orden de Stalin a sus generales había sido la de avanzar velozmente por un amplio frente, sin dejar espacios en la orilla derecha el río Rhin que los aliados occidentales pudieran ocupar primero.




















Debido a dicha orden, se realizó el despliegue de los Frentes de la siguiente manera:


- El Segundo Frente Bielorruso, al mando de Rokossovsky, avanzó por el norte, cubriendo el territorio desde el mar hasta Seelow.

- El Primer Frente Bielorruso, al mando de Zhúkov, avanzó por el área frente a Seelow, ya que a él se le había concedido el privilegio de llegar a Berlín primero.

- El Primer Frente Ucraniano de Koniev avanzaba al sur.


El Ejército Polaco aportaba unos 79.000 hombres a los Frentes soviéticos, que sumaban 2,5 millones de hombres en total.

La ofensiva también incluía 6.250 tanques, 7.500 aviones, 41.600 piezas de artillería y morteros, 3.255 cohetes Katyusha y casi 100.000 vehículos, la mayoría prestados por los Estados Unidos.










Sumándose a esto, los rusos desplegaron unos 143 reflectores de luz que debían cegar a los defensores, así como iluminar el camino a Berlín.

El 20 de marzo, Hitler designó al General Gotthard Heinrici como reemplazo de un inoperante Himmler en el mando del Grupo de Ejército Vístula.

Heinrici, que era un hábil estratega, adivinó las intenciones de Zhúkov y preparó tres cinturones defensivos cerca de Seelow, protegiendo una autopista que llevaba directamente a la capital de Reich.

Debilitando el frente del Oder en otros puntos, trasladó soldados a Seelow y ordenó inundar la planicie que se extendía entre la población y el río Oder.





Dándose cuenta de lo inútil que sería intentar defender esta planicie, movió a todos sus hombres a la colina detrás de ésta y dejó a un puñado para disimular la retirada.

La localidad de Seelow era defendida por jóvenes soldados de la 9ª División de Paracaidistas, cedidos por Hermann Goering a Heinrici; estos inexpertos soldados sólo tenían dos semanas de entrenamiento en la Infantería y eran dirigidos por expertos pilotos, que no tenían ningún conocimiento de las tácticas de combate terrestre.

Zhúkov pensaba que las colinas no iban a ser gran problema para su ejército, y por eso, a las dos de la mañana del 16 de abril, 22.000 cañones rusos de largo alcance abrieron fuego a lo largo de todo el frente, concentrándose la mayor intensidad frente a Seelow, barriendo cada palmo de terreno en la planicie entre la localidad y el Oder, esperando con esto que los alemanes supervivientes se rindieran.

Para aquel momento, Heinrici había retirado el grueso de sus tropas y las bajas fueron pocas.

A la luz del alba, los tanques rusos, acompañados de infantería, empezaron a cruzar la pantanosa planicie y a acercarse a la colina, pero los cañones anti-aéreos colocados en la cima de la misma empezaron a diezmar a los tanques rusos y los alemanes empezaron a despedazar a la infantería rusa que se batió en lenta retirada debido al lodo.





Por si fuera poco, la espesa niebla que cubría el terreno atenuaba la luz de los reflectores rusos y servía para delatar las formaciones del Primer Frente Bielorruso, más no era suficiente para cegar a los alemanes, como se había planeado...

Mientras tanto, en el sur, el Primer Frente Ucraniano de Koniev iba avanzando de acuerdo al plan, empujando hacia atrás al IV Ejército Panzer del Grupo de Ejército Centro al mando del General Ferdinand Schörner, dicha acción estaba afectando peligrosamente tanto a Heinrici como a Schorner, ya que sus Grupos de Ejército se arriesgaban a ser envueltos.

Stalin, molesto por los contratiempos en Seelow, dio permiso a Koniev para liberar Berlín, presionando a Zhúkov, que envió sus reservas a combatir, logrando avanzar solamente seis kilómetros.

Sin embargo, Zhúkov siguió presionando, sufriendo enormes pérdidas, y en la noche del 18 de abril, sus tropas finalmente llegaron al último cinturón defensivo que Heinrici había levantado.

Para el anochecer del 19 de abril el Frente Oriental había dejado de existir y los restos del 9º Ejército y el IV Cuerpo Panzer corrían el riesgo de ser rodeados por el I Frente Ucraniano que avanzaba desde el sur y el I Frente Bielorruso desde el este.

Éste último se encontraba a menos de sesenta kilómetros de Berlín y ninguna fuerza importante se les oponía.

Sin embargo, para lograr esto, las bajas fueron elevadas, en lo que iba el mes de abril, los rusos habían perdido 2.807 tanques.











La batalla de las Colinas de Seelow el último éxito estratégico del Ejercito Alemán en el Frente Oriental y permitió salvar, gracias a la pericia e inteligencia de Heinrici, a miles de soldados para su utilización en la defensa de Berlin, alargando el final de la guerra.

Las bajas alemanas fueron de 11.000 muertos y heridos, mientras que las soviéticas fueron de 30.000 muertos y desaparecidos.





































Sitio y Batalla de Berlín





El 20 de abril de 1945, Hitler cumplió 56 años, y la artillería rusa alcanzó a Berlín, ocasionando grandes destrozos, que superaron a los causados por los bombardeos aliados.

El I Frente Bielorruso de Zhúkov empezó a rodear la capital alemana por el noreste y el este.

En el sur, el I Frente Ucraniano de Koniev quebraba el flanco norte del Grupo de Ejército Centro de Schörner.

Al mismo tiempo, el III Cuerpo Panzer era atacado por el II Frente Bielorruso de Rokossovsky, que se abría paso entre Stettin y Schwedt.

Cuando Hitler se enteró de que ciertos elementos del 9º Ejército habían tenido éxito defendiendo Cotthus o Cottbus, ordenó que dicho ejército, después de derrotar a las columnas soviéticas que se encontraban al norte, regresara al sur y, junto con el IV Cuerpo Panzer, que se encontraba más al sur, envolvieran al I Frente Ucraniano y lo destruyera.

Después de lograr esta proeza militar, Hitler deseaba que las tropas se dirigieran al norte para formar la tenaza inferior que envolvería al I Frente Bielorruso, mientras que el IV Cuerpo SS Panzer comandado por Felix Steiner sería la tenaza superior.

Hitler, completamente ajeno a la realidad, deseaba que Steiner, con 10.000 hombres y unos pocos tanques acabara con una fuerza acorazada diez veces más poderosa.

Cuando Heinrici se enteró de esta orden imposible de cumplir, le hizo ver a Hitler que el 9º Ejército, lejos de envolver a los rusos, iba a ser envuelto por ellos, además pidió permiso para retirar este ejército al oeste, de lo contrario, pediría su remoción del mando.


El 22 de abril de 1945, Hitler se enteró de que Steiner no había podido avanzar como se había planeado y sufrió un colapso.

Después de culpar a los generales de cobardes y traidores, Hitler aceptó finalmente que la guerra se había perdido.

Además, anunció que se iba a quedar en Berlín hasta el final, y que moriría allí.

El General Alfred Jodl sugirió que el 12º Ejército de Walther Wenck podría abandonar el Frente Occidental y dirigirse a Berlín para unirse al 9º Ejército al mando de Theodor Busse.

Hitler, más calmado, aceptó la idea y envió las órdenes a Whenck y a Heinrici.

Cuando Busse recibió la orden de dirigirse al oeste para encontrarse con Whenck y luego regresar a Berlín, se dio cuenta que el regreso llevaría a un inútil derramamiento de sangre y decidió escapar al oeste para rendirse a los norteamericanos, Whenck estuvo de acuerdo y, después de sufrir numerosas bajas pasando de Halbe, Whenck y Busse se dirigieron al Elba, donde los aliados occidentales los capturaron

(Ver "Batalla de Halbe", más abajo).

Mientras tanto, en Berlín, los tanques rusos ya estaba llegando al anillo defensivo de la ciudad, mientras que en el norte, el II Frente Bielorruso había avanzado 15 kilómetros más allá del Oder y tenía ocupado al III Cuerpo Panzer.

Cottbus se había perdido y, para el 23 de abril de 1945, el 9º Ejército había quedado separado de la ciudad, y parte del I Frente Ucraniano había partido al oeste a encontrarse con el 12º Ejército de Whenck.

Para el 24 de abril de 1945, Berlín quedo sitiada.

Hitler encargó al General Helmuth Weidling la defensa de la ciudad.

Al día siguiente, el II Frente Bielorruso finalmente cruzó la línea de defensa del III Cuerpo Panzer, y los rusos y los norteamericanos hicieron el primer contacto cerca de Torgau en el río Elba.

Las fuerzas disponibles para la defensa de Berlín, ahora que Busse había escapado al oeste con el 9º Ejército, eran varias divisiones de la Waffen-SS, restos de varias unidades de la Wehrmacht, jóvenes sin mayor experiencia de las Juventudes Hitlerianas, ancianos reclutados en el Volkssturm, policías, y veteranos de la Primera Guerra Mundial.

A pesar de las superioridad numérica del Ejército Rojo Soviético, la lucha en la ciudad fue muy feroz, y se tuvo que pelear casa por casa hasta llegar al Reichstag.








Para la defensa de Berlín, se dispusieron las pocas tropas disponibles de la siguiente manera:


- En el oeste, la XX División de Infantería.

- En el norte, la IX División de Paracaidistas.

- En el noreste, la División Panzer Müncheberg.

- En el sureste, la División Nordland de las SS.

- En el este del aeropuerto Tempelhof, mientras que la XVIII División de Panzergrenadiers estaba como reserva en el distrito central.



El resultado de la batalla ya estaba sellado, pero el fanatismo germano impedía la rendición, de esta manera, la ciudad sufrió graves daños mientras que el Ejército Rojo avanzaba desde el sureste por la avenida Frankfurter, desde el sur por la avenida Sonnen, desde el sur por la Plaza Potsdamer, y desde el norte, acercándose peligrosamente al Reichstag, y por ende acercándose al búnker de la Cancillería, donde estaba Hitler.

Los lugares de lucha más intensa fueron:


· El Reichstag.

· El puente Moltke.

· La Alexanderplatz.

· Los Puentes en Spandau, donde se libró una fuerte batalla por su captura.


Los combatientes extranjeros en las SS peleaban con mayor fiereza, ya que sabían que en sus países serían juzgados como traidores y ejecutados.

El 28 de abril de 1945, Heinrici se negó a obedecer la orden de Hitler de retener Berlín sin importar las bajas e inmediatamente fue relevado del mando y reemplazado por el General Kurt Student.
El 30 de abril, los soviéticos llegaron al centro de Berlín, y Adolf Hitler se casó con Eva Braun, su mujer por un día.

Luego ambos se suicidaron.












Finalmente, el General Weidling rindió Berlín el 2 de mayo de 1945.




CONSECUENCIAS



Los tanques perdidos por los soviéticos superaron todos los cálculos realizados, debido a la eficaz utilización del Panzerfaust, que no fue suficiente para detener el avance blindado sobre la capital, en el que se perdieron 1.997 vehículos soviéticos.

En la Batalla de Berlín, los soviéticos perdieron unos 917 aviones de guerra.

La tenaz resistencia alemana fue quebrada al acabarse las municiones y las tropas.
Los soviéticos reportaron unos 81.116 muertos y desaparecidos (25.000 muertos más 56116 desaparecidos o prisioneros) y 280.251 heridos y enfermos.

Por su parte, los alemanes perdieron alrededor de 150.000 y 173.000 hombres (entre muertos y heridos). Además, 134.000 soldados fueron hechos prisioneros de guerra y 152.000 civiles berlineses murieron en la Batalla.
Las últimas voluntades de Hitler, ordenaban que el Gran Almirante Karl Dönitz se convirtiera en Presidente del Reich, mientras que Joseph Goebbels sería el nuevo Canciller de Alemania, sin embargo el suicido de éste último, junto con toda su familia, dejó a Dönitz con la responsabilidad de la guerra.




Batalla de Halbe




La Batalla de Halbe ocurrió en los últimos días de abril de 1945, cerca del Bosque de Spreewald, cerca del río Spree, específicamente en la aldea Halbe, a unos 100 km al sureste de Berlín.

Habiendo sido cercados por el Ejército Rojo, el General Theodor Busse intentaba desesperadamente reunir al IX Ejército con el XII Ejército, bajo el mando del General Walther Wenck, para juntos entregarse a las fuerzas angloamericanas.

Además de ser continuamente atacados por los soviéticos, el IX Ejército iba acompañado por caravanas de refugiados, que hacían más difícil la huida.

Para el 21 de abril de 1945, el Ejército Rojo Soviético estaba cerrando el cerco sobre Berlín gracias a dos grandes Ejércitos de Choque se movían como tenazas, un grupo avanzaba por el noreste y el otro por el suroeste.

El IX Ejército Alemán comandado por el General Theodor Busse iba a encontrarse directamente con el grupo que venía acercándose desde el suroeste.

Este grupo era el Primer Frente Ucraniano, bajo el mando del General Ivan Koniev, el cual tenía órdenes directas de Stalin de llegar a Berlín lo más pronto posible, y personalmente Koniev quería llegar a la capital alemana antes que el grupo del norte bajo el mando del General ruso Georgy Zhúkov.

Por esta razón, Koniev no se enfrentó directamente al IX Ejército, sino que lo esquivó por el sur, pasando detrás de ellos.

El 22 de abril, Hitler aceptó finalmente que la guerra estaba perdida al fallar una ofensiva que había ordenado.

Para calmarlo, el General Alfred Jodl sugirió que el IX Ejército de Busse podría abandonar el Frente Oriental y reunirse con el XII Ejército bajo el mando de Walther Wenck, en el Frente Occidental y juntos regresarían a Berlín y repelerían a los rusos, como ya se ha dicho.

Obviamente, las probabilidades de éxito eran mínimas, ya que en ese momento el IX Ejército se encontraba rodeado completamente y, junto a ellos se encontraban los restos de varios cuerpos, incluyendo los Defensores de Fráncfort, sumando un total de 80.000 soldados.

Cuando Busse recibió las órdenes, comprendió que el sólo hecho de encontrarse con el XII Ejército de Wenck sería una hazaña.

El General Busse llamó a Wenck inmediatamente y le dijo que iba a encontrarse con él, tal como Hitler le había ordenado, pero que no regresaría a Berlín, sino que cruzaría el Elba y se entregarían a los Aliados.

Wenck aceptó y, el 24 de abril de 1945, envió parte de sus hombres a Potsdam para intentar sacar a los refugiados de Berlín, mientras que a otra parte la envío al este, a intentar acercarse a Busse que, según sus propias palabras, "iba a a abrirse paso como una oruga".

El IX Ejército utilizó los 31 tanques que le quedaban para encabezar la caravana que iba a abrirse paso rápidamente, intentando no dar tiempo a los soviéticos de detenerlos.

Cuando el comandante del Primer Frente Bielorruso Georgy Zhúkov se percató de la posible vía de escape de las fuerzas atrapadas en el cerco, inmediatamente envío tropas al Bosque de Spreewald a reforzar el cerco.

Koniev deseaba la gloria de capturar al IX Ejército para él, por lo que envió tropas a reforzar el cerco también.

En la mañana del 26 de abril, la caravana alemana logró llegar al llamado "punto débil" del cerco justo cuando los dos grupos soviéticos lo cerraban completamente.

Muchos alemanes lograron cruzar antes de que estallara la batalla, pero otros tuvieron que cruzar abriéndose paso bajo fuerte artillería y ataques aéreos, y otros quedaron atrapados.

En este momento, Hitler se enteró que el verdadero plan de Busse no era regresar a Berlín, sino escapar al oeste, y furioso mandó a llamar al IX Ejército de vuelta, pero el general Busse ignoró esa orden.

Toda esa noche y el día siguiente los alemanes entablaron combates para romper el cerco soviético cerca de la aldea de Halbe, pero si bien lograron escapar algunos soldados, no hubo evacuación masiva.

El 28 de abril, los alemanes intentaron abrirse paso de nuevo por el Bosque de Spreewald, y si bien muchos escaparon, muchos también murieron en el intento.


La caravana alemana se encontraba en ese momento dispersada por todo el bosque, y los soviéticos empezaron a rodear a cada segmento y a destruirlo.


La situación en Halbe era de un caos total, todas las unidades se habían mezclado y tropas de la Wehrmacht y las SS se culpaban entre ellas del desastre actual.

Al mismo tiempo, los soldados más jóvenes desertaban en masa y se escondían en las casas de los civiles, algunos soldados intentaban sacarlos, pero eran asesinados por los desertores.

Eventualmente, casi 25.000 soldados pudieron romper el cerco y escapar, unos 30.000 soldados alemanes murieron y los restantes fueron capturados y enviados a campos de concentración.

Después de pasar días sin dormir y cruzar a nado ríos helados, Busse y sus hombres lograron encontrarse con el XII Ejército de Wenck.

Completamente agotados, algunos se desmayaron.

Sin embargo, la marcha estaba lejos de concluir, ya que inmediatamente tuvieron que reiniciar la huida porque los soviéticos les pisaban los talones, y no pudieron parar hasta que establecieron contacto con los norteamericanos.

Hoy en día, en el Cementerio de Halbe, hay enterrados cerca de 30.000 alemanes, y en un cementerio cercano al camino Mark-Zossen están las tumbas de unos 20.000 soldados soviéticos.

Sin embargo, cada año se encuentran las osamentas de numerosos soldados, por lo que se cree que la cifra de bajas es mucho mayor.

Se estima además que unos diez mil civiles murieron en la batalla.

Tal como lo supuso Busse, el hecho de haber escapado más de 25.000 soldados y miles de civiles al cerco soviético es una hazaña, y Busse y Wenck fueron recordados por muchos soldados como los generales que salvaron muchas vidas al desobedecer a Hitler, si bien hubieran podido salvar muchas más si lo hubieran hecho unos días antes.




BATALLA DE PRAGA



El General Soviético Ivan Koniev lideró el ataque con el Primer Frente Ucraniano, ayudado por el Segundo y Cuarto Frente Ucraniano a cargo de los generales Rodion Malinovsky y Andrei Yeremenko, respectivamente.

Cuerpos polacos, rumanos y checos también participaron, totalizando 2 millones de soldados atacantes.

Los alemanes sumaban unos 900 mil soldados, restos del Grupo de Ejército del Centro, comandados por Ferdinand Schörner, así como tropas austríacas lideradas por Lothar Rendulic.

A pesar de que Alemania se había rendido el 8 de mayo, este ejército alemán no obedeció la orden y se convirtió en un foco de resistencia en Praga, en aquel momento, los partisanos checos se encontraban luchando en la ciudad, por lo que una vez librada la Batalla de Berlín ya descrita, el ejército de Koniev marchó a someter a los alemanes y relevar a los partisanos.

El Ejército de Liberación Ruso comandado por Andrey Vlasov estaba formado por rusos anti-stalinistas pero, al enterarse de que los alemanes no pensaban retirarse, decidieron entregar la ciudad al Ejército Rojo, para salvarla.

Después de que los soldados de Vlasov y los partisanos iniciaran un levantamiento el 5 de mayo con un éxito moderado, los rusos iniciaron el asalto.

Como era de esperar, la resistencia fue inútil, y el 9 de mayo, los rusos entraron a Praga, y el 11 de mayo de 1945, el combate acabó.

Los partisanos fueron relevados y los soldados de Vlasov fueron posteriormente exiliados o ejecutados, a pesar de haber contribuido en la toma de la ciudad.

Erróneamente, se ha llamado "fanáticos" a los soldados alemanes que participaron en esta batalla, porque siguieron luchando a pesar de que el gobierno había rendido el país, sin embargo la verdad es que los alemanes pensaban resistir en Praga hasta la llegada de los norteamericanos.

El General Schörner había escuchado que la vanguardia americana había llegado a la frontera de Checoslovaquia, y que era cuestión de días que entraran a Praga, por lo que decidieron resistir a los rusos, dando la oportunidad a las tropas del General George Patton de liberar Praga primero.

Lo que Schörner no sabía era que el General en Jefe Eisenhower había dado la orden de no avanzar más allá del Elba, y dejar Checoslovaquia a los soviéticos.

Cuando los alemanes se dieron cuenta de que los norteamericanos no pensaban liberar Praga, se rindieron, siendo capturados casi 800.000 hombres del Grupo de Ejército del Centro.

Las bajas entre los bandos beligerantes fueron las siguientes:


· Alemanes: 50.000 soldados muertos y 850.000 prisioneros.

· Soviéticos: 11.997 soldados muertos o desaparecidos y 40.501 hombres heridos.

· Resistentes Checos: 1.694 hombres muertos y 1.600 heridos.

· Ejército Ruso de Liberación de Vaslov: 500 soldados muertos.





Escalofriante testimonio de las violaciones realizadas por el Ejército Rojo Soviético durante la Campaña de 1945





Gran vídeo del History Channel sobre la Batalla de Berlín





Otro vídeo sobre la Batalla de Berlín

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