martes, 5 de agosto de 2008

Campaña de Prusia Oriental




Batalla de Memel



ANTECEDENTES




Desde 1474, Memel había estado bajo control de Prusia directa o indirectamente.

Con la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, las naciones aliadas convirtieron a Memel y a sus alrededores en un protectorado internacional.

En 1922, tropas de Lituania expulsaron a las fuerzas internacionales, en su mayoría francesas, y anexionaron Memel a Lituania.

Con la llegada de Hitler al poder, el Ministro de Relaciones Exteriores alemán Joachim von Ribbentrop presionó al débil gobierno lituano para que devolviera Memel.

El 23 de marzo de 1939, tropas alemanas ocuparon Memel, aunque las tropas lituanas ya habían sido evacuadas.

Con la operación Bagration, Alemania fue empujada de vuelta a sus fronteras, y Lituania contó con la posibilidad de volver a apoderarse de Memel.

Después de la operación Bagration, el Grupo de Ejércitos Norte de Alemania había quedado atrapado en Curlandia.

A inicios de octubre de 1944, un pequeño puente de tierra quedaba entre el Grupo de Ejércitos Centro y el del Norte, este puente estaba ubicado en Memel.

Sin embargo, las 20 divisiones del norte y las 5 divisiones del III Ejército Panzer al sur no pudieron oponerse al avance del III Frente Bielorruso, en parte porque estas 5 divisiones también debían defender el frente de 200 kilómetros que representaba la entrada a Prusia Oriental.
















Mapa que muestra la situación de Memel (dentro de la frontera Lituana)



CONFLICTO



El 12 de octubre, los alemanes, al mando de Erhard Raus, lograron detener el avance ruso en el Niemen, recibiendo unidades desde Riga y apoyo marítimo del acorazado "Prinz Eugen" y el acorazado de bolsillo "Lützow" (antes "Deutschland").

Finalmente, el 28 de octubre, los exhaustos soviéticos desistieron en seguir atacando Memel, ya que Prusia Oriental estaba abierta para ellos.

Aunque las tres divisiones, una Panzer, otra de Panzergranaderos y la otra de infantería, habían soportado el embate soviético, habían perdido el 60% de sus efectivos, lo que los colocaba en una situación crítica.

Como era claro que la resistencia alemana en Memel no soportaría otro ataque, se inició la evacuación civil y militar de la ciudad por mar.

El 28 de enero de 1945 a las 4:00 horas, el último soldado alemán abandonó la ciudad.

Cuatro horas después, los soldados soviéticos entraron a Memel.



CONSECUENCIAS


A Memel se le cambió el nombre a Klaipėda, y fue cedida a Lituania como compensación por la pérdida de territorios a favor de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia.

Lituania la conservó al separarse de la Unión Soviética en 1991.





Batalla de Königsberg




ANTECEDENTES



El 20 de enero de 1945, el mariscal Rokossovsky recibió la orden de desviar importantes recursos del Segundo Frente Bielorruso hacia el norte a Prusia Oriental.

Esta decisión del Alto Mando Soviético ha sido criticada por algunos historiadores, porque obligó al Mariscal Zhúkov a detener su avance a Berlín, ya que era Rokossovsky quien cubría su flanco derecho.

Estos historiadores aseguran que si Zhúkov no se hubiera detenido momentáneamente, Berlín hubiera sida conquistada a inicios de marzo, y la guerra en Europa hubiera acabado antes.

Además, se cree que las tropas alemanas atrapadas en Danzig y Königsberg se hubieran rendido sin necesidad de combatirlas.

Lo cierto es que, el 9 de febrero, el Segundo Frente Bielorruso entró en al frontera oeste de Prusia Oriental, alarmándose por las numerosas fortificaciones de hormigón que encontraron en su avance, prediciendo que la derrota alemana no sería rápida.

Muchos evacuados de Berlín y gente que se sentía amenazada por los bombardeos del Oeste huyeron hacia Prusia Oriental y se asentaron en Königsberg.

Mas, a finales del verano de 1944, la ciudad pasó a ser un escenario bélico:

Del 27 al 30 de agosto, la Royal Air Force, bombardeó la ciudad con cientos de aviones.

Más de 4.000 personas cayeron bajo el ataque, y el centro de la ciudad con sus históricos edificios, tales como su castillo o su catedral, fueron reducidos a cenizas hasta los cimientos.

Las Casernas Alemanas y otros Objetivos Militares apenas resultaron dañados por las bombas británicas.

Los habitantes de Königsberg ya no volvieron a sentirse nunca más seguros.

Sin embargo, los horrorizados civiles volvieron de nuevo a la rutina, en parte gracias a la Propaganda NacionalSocialista del Dr. Goebless, que aseguraba que ningún Soldado Soviético iba a cruzar la Frontera del Tercer Reich.


CONFLICTO



Mientras tanto, la frontera este de Prusia Oriental sufría embate tras embate desde el 13 de enero por parte de más de un millón de hombres, pertenecientes al Tercer Frente Bielorruso.

Después de perder su impulso inicial, el comandante Chernyakhovsky logró finalmente dirigirse hacia Konigsberg el 20 de enero, y en una semana logró sitiar la ciudad, pero cañones de asalto alemanes estratégicamente situados los hicieron retroceder.

El 21 de enero, el Comandante de la Ciudad, Otto Lasch Fraüen, declaró que los niños y los hombres que no pudieran defender la ciudad, no estaban autorizados a abandonarla.

Un día después, los refugiados se dirigieron apresuradamente a la Estación Central.

El último tren se dirigió a Berlín, cargado de civiles refugiados.

Un día después, los rusos cortaron las Líneas de Ferrocarriles con el Oeste.

Para los que se quedaron atrás, sólo había una vía de escape: a través del Mar Báltico hacia la Ciudad Portuaria de Pillau.


Esa vía de escape fue pronto cortada:

El 26 de enero de 1945, la ciudad de Königsberg, fue alcanzada por primera vez por Fuego de Artillería Soviética.

Tres días después, la Vieja Fortaleza Prusiana y la Ciudad, estaban rodeadas.

El Gauleiter Erich Koch partió en un rompehielos hacía Dinamarca.

En un telegrama, y a través de radio, seguía asegurando que se encontraba en la Ciudad de Königsberg.

Entonces, cesó sorprendentemente el ataque de los rusos.

Por lo visto, consideraban que los Efectivos Militares de la Ciudad eran mayores que en la realidad, y se prepararon a conciencia para la conquista.

En lugar de eso, los rusos rodearon al 4º Ejército en el Sur de la ciudad.

Al mismo tiempo, los habitantes intentaban volver a sus quehaceres.

En dos meses, retomaron su trabajo, visitaban los cines o acudían al servicio religioso.

Incluso hizo acto de aparición un nuevo periódico.

Las tropas alemanas en la ciudad, aprovecharon la aparente calma para ampliar las fortificaciones.

Aproximadamente 40.000 soldados tomaron posiciones.

Los desertores sirvieron de intimidación al ser ejecutados públicamente en la Estación del Norte.

Los soviéticos se recuperaron y, entre los días 29 y 30 de enero, reestablecieron el asedio.

La llegada de la 5° División Panzer y la 1° División de Infantería levantó el cerco de Königsberg, y los soviéticos tuvieron que retroceder con grandes pérdidas, incluyendo al Mariscal Chernyakhovsky, que murió el 18 de febrero.

Una tregua fue acordada, mientras los soviéticos se reorganizaban y el nuevo comandante del Tercer Frente Bielorruso el general Vasilievsky anexaba a sus fuerzas al Primer Frente Báltico.

Los alemanes aprovecharon para mejorar las defensas de la ciudad, así como para evacuar a todos los civiles posibles.

A inicios de marzo, la tregua finalizó y, entre el 14 y 24 de marzo, los soviéticos atacaron al Cuarto Ejército Alemán, que se encontraba en Heiligenbeil.

Al concluir la batalla, el Cuarto Ejército había desaparecido.

Sus supervivientes, habían huido a través del Lago Haff, y, sin descansar, las tropas soviéticas avanzaron de nuevo contra Königsberg.

Con un gran esfuerzo, se consiguió abrir una brecha en el Férreo Cerco Ruso.

Por un estrecho corredor, y a través del río Pregel, huían muchos de los cercados hacia Pillau, siempre en peligro bajo fuego de artillería y bombardeo.

En la ciudad portuaria de Pillau, reinaba el caos.

Soldados heridos y civiles, intentaban, bajo fuego continuo, hacerse con alguna de las pocas plazas en los barcos que huían.

Familias enteras se mezclaban unas con otras.

Los hombres sanos eran forzados a realizar trabajos de seguridad.

El que se negaba, era ejecutado.

Desesperados, muchos intentaban a través de un peligroso camino volver de nuevo a Königsberg.

Así, el Undécimo Ejército de Guardias Soviéticos lideró el ataque contra Köinsberg y, para el 6 de abril de 1945, habían penetrado hasta las afueras de la ciudad.

El comandante de la ciudad, Otto Lasch, observó impotente como el fuego de la artillería rusa deshacía las fortificaciones medievales en las que en parte se apoyaba la defensa, y peor aún, los continuos bombardeos causaban grandes bajas y desmoralizaban a los soldados alemanes, que se sentían olvidados por el Alto Mando Alemán.

Dos días después, el cerco había sido cerrado y la esperanza de la llegada de refuerzos se desvaneció.

Durante la lucha, la actuación del Grupo Operativo Ziemland sobresalió en su intento de liberar a la ciudad.

Sin embargo, su esfuerzo no consiguió cambiar la suerte de Königsberg.

Finalmente, con el deseo de evitar muertes inútiles, el General Otto Lasch, desde su Búnker, rindió la ciudad el 10 de abril.

Las condiciones de rendición garantizaban la vida, atención médica, comida, trato digno a los soldados y civiles prisioneros, así como la seguridad de permitir el regreso de los prisioneros a sus hogares al finalizar la guerra.

Luego de entrevistar a los cuatro generales alemanes capturados, el General Vasilievski describiría alarmado el terrible estado de depresión de Otto Lasch.






CONSECUENCIAS



Al enterarse Adolf Hitler de la rendición prematura de Königsberg, dictó la orden de ejecución de Otto Lasch.

Obviamente, dicha orden nunca se llevó a cabo, logrando Lasch sobrevivir a la guerra.

Sin embargo, los familiares del general fueron arrestados por las autoridades nazis.

Después de conquistar Danzig y Königsberg, el Segundo Frente Bielorruso pudo avanzar al mismo ritmo del Primer Frente directamente a Berlín.

La ciudad de Königsberg fue integrada a la Unión Soviética, y su nombre fue cambiado a Kaliningrado.

Más de dos millones de alemanes fueron expulsados y la zona fue repoblada por rusos.

En la batalla, 42.000 alemanes murieron y 92.000 fueron hechos prisioneros de guerra por los soviéticos. Además, la Luftwaffe perdió un total de 120 aviones.









Tanque ruso en Kaliningrado, en conmemoración a la Batalla de Könisberg



Sucesos



HUNDIMIENTO DEL "MS GOYA"



El 16 de abril de 1945, el barco hospital alemán Goya, fabricado en 1940 en Oslo, zarpó de Danzig hacia Alemania, saturado de refugiados alemanes, aunque miembros del 35º Regimiento de Tanques también se encontraban a bordo.

Cuando la nave cruzó la Península de Hela, a la salida de la bahía de Danzig, fue avistado por un pequeño barco soviético a las 23:00.

Casi una hora después, el submarino soviético L-3, al mando del capitán Vladimir Konowalow, lo localizó y ordenó disparar dos torpedos contra él, que se hundió en sólo siete minutos, evitando que los botes salvavidas, de por sí insuficientes, fueran lanzados.

El Goya se hundió 78 metros en las heladas aguas del mar Báltico, llevándose a por lo menos 6.000 personas, ya que al superarse la cifra de 6.100 pasajeros se dejó de llevar lista de a bordo.

Sólo 165 personas sobrevivieron.

58 años después de la catástrofe del Goya, sus restos fueron descubiertos el 16 de abril de 2003 por una expedición internacional al mando de Ulrich Restemeyer, con la ayuda de un sonar de imágenes tridimensionales.

Los restos se encontraban en buen estado.

Por hundir el Goya, el Capitán soviético Konovalov recibió el título de Héroe de la Unión Soviética.























Mapa que muestra el área en el que el Goya se hundió







HUNDIMIENTO DEL WILHELM GUSTLOFF



El hundimiento del trasatlántico Wilhelm Gustloff de la Alemania nazi fue producido por la Armada Soviética mediante torpedos, que fueron disparados contra la embarcación el 31 de enero de 1945.

A bordo del buque se encontraban más de 10.000 personas.

En su mayoría mujeres y niños, aunque también había heridos, todos ellos refugiados que huían del Ejército Rojo.

Sin embargo, también se hallaban a bordo aproximadamente 1.000 cadetes de la la marina, que habían acabado su adiestramiento para combatir en los submarinos alemanes y debían ser incorporados al servicio lo antes posible.

El Wilhelm Gustloff era un moderno trasatlántico destinado a la población trabajadora de la Alemania nazi hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Durante la contienda, fue utilizado como buque hospital hasta 1940, y después como buque escuela para la 2ª U-Boot Lehrdivisión, dedicada al adiestramiento de cadetes para los submarinos.

Su nombre conmemoraba a un dirigente alemán del Partido Nazi Suizo, asesinado por un estudiante judío en 1936.

En 1945, ante el avance ruso por la Prusia Oriental y la desesperación de las autoridades alemanas de que el puerto de Gotenhafen (hoy Gdynia) fuera a caer prontamente en manos del Ejército Rojo, se embarcó y se decidió trasladar a los cadetes, y de paso evacuar al mayor número de refugiados posible.

Se embarcaron más de 10.000 personas, entre población refugiada y soldados.

En ese momento, el barco era un blanco fácil, puesto que estaba sobrecargado de pasajeros, su velocidad era baja, y el mar era constantemente vigilado por los rusos.

El barco zarpó en la tarde del 30 de enero de 1945 hacia Dinamarca.

La tragedia se desató, pocos minutos después de las 23:00, cuando el barco fue alcanzado por un torpedo lanzado por el submarino soviético S-13, que esa noche vigilaba las aguas del Mar Báltico.

Otros dos torpedos aceleraron la tragedia.


El barco se hundió en tan solo 55 minutos, en medio del pánico generalizado.

En aquel momento, la temperatura del agua rondaba los 2º C, y la temperatura exterior era de -18º C.

En los torpedos que impactaron se habría escrito «Por la madre Rusia», «Por Leningrado» y «Por el pueblo soviético».

Los destructores alemanes T-36 y Löwelograron lograron rescatar de las gélidas aguas a 1.252 supervivientes, muchos de los cuales morirían de frío poco después.

Se calcula que murieron entre 8.800 y 9.300 personas, la mayoría refugiados, entre ellos muchos niños.

Alexander Marinesko, comandante del S-13, como resultado de estas acciones, fue propuesto como Héroe de la Unión Soviética.

Pero, paradójicamente se le denegó porque el Alto Mando Soviético tenia dudas sobre si verdaderamente fue Marinesko el que hundió el buque, ya que se decía que había sido bombardeado por la Luftwaffe.

Finalmente, se le otorgó a título póstumo.

Debido a que Alemania perdió la guerra y a que a los Aliados no les interesaba dar publicidad a esta atrocidad, es una tragedia poco conocida a pesar de ser el hundimiento más mortífero de la historia, superando en cinco veces el número de fallecidos a bordo del mítico tansatlántico británico "Titanic".

Hoy en día, el Gustloff reposa en tres secciones, en relativamente buen estado de conservación, a 42 metros de profundidad.

Uno de los documentos más detallados que existen sobre este hecho es la novela "A paso de cangrejo", del Premio Nobel de Literatura Günter Grass.













Maqueta del Gustloff











EVACUACIÓN DE PRUSIA ORIENTAL



La evacuación del Prusia Oriental fue un episodio de la Segunda Guerra Mundial que tuvo por resultado el desplazamiento de la población de origen alemán que habitaba el este y otras regiones de Prusia hacia las fronteras alemanas de la posguerra en 1944 y 1945.

Se ha afirmado que se trató de un caso de limpieza étnica o de genocidio.

También se ha utilizado el término «holocausto prusiano» para referirse a estos eventos.

La evacuación se inició bajo dominio de las fuerzas nazis por la amenaza de invasión soviética.

Fue completada siguiendo los acuerdos de la Conferencia de Potsdam sobre la expulsión de alemanes al finalizar la Segunda Guerra Mundial de los territorios vecinos a la Alemania de la posguerra.

El Ejército Rojo inició la ofensiva en Prusia Oriental en octubre de 1944, pero luego de dos semanas se decidió retroceder temporalmente.

Tras esto, el Ministerio Nazi de Propaganda informó que las fuerzas soviéticas habían cometido crímenes de guerra en pueblos de Prusia, particularmente en Nemmersdorf (actualmente Mayakovskoye, Kaliningrado) y Goldap.

Según el lado alemán, todos los habitantes de esos dos pueblos fueron asesinados.

El Ministerio Nazi de Propaganda dio amplia difusión a su versión con el objetivo de motivar a los soldados alemanes en sus esfuerzos por detener al Ejército Rojo.








Soldados alemanes prisioneros llendo hacia Torun




Sin embargo, el principal resultado fue una ola de pánico entre los civiles de origen alemán.

Para escapar de la fuerzas soviéticas, los refugiados de origen alemán se encontraron atascados el las vías a través de la nieve a temperaturas inferiores a -25° C, mientras los aviones soviéticos los atacaban.

Se ha estimado que cerca de dos millones de habitantes de las provincias al este de Alemania (Prusia Oriental, Prusia Occidental y Pomerania) murieron, muchos de ellos de hambre, mientras que otros a manos de las fuerzas soviéticas.

Desde los tiempos de la Rusia Imperial, la palabra «Prusia» ha sido asociada con militarismo.

En la Unión Soviética, se decía que la causa de la Primera Guerra Mundial fue el militarismo prusiano, al que también se citaba como causa de la Segunda Guerra Mundial en la propaganda oficial soviética.

Las fuerzas soviéticas en todos los niveles llegaron a las fronteras de Prusia con sed de venganza por la inmensa pérdida de vidas (cerca de 17 millones de personas, el mayor número de víctimas por país durante la Segunda Guerra Mundial) ocurrida durante la invasión nazi a la Unión Soviética.

Se han documentado casos para los tribunales soviéticos en los que soldados dispararon a prisioneros de guerra desarmados y a civiles alemanes.

Este sentimiento se profundizó con la liberación al entrar en Prusia de gran cantidad de prisioneros capturados en el Este y explotados como esclavos.

En la cultura alemana, el nombre de la localidad de Nemmersdorf quedó asociado con crímenes de guerra cometidos por el Ejército Rojo en Alemania, mientras que la Unión Soviética lo califica de ejemplo de propaganda y manipulación de masas de población con el propósito de igualar los crímenes de guerra Nazis con los soviéticos.




Finalización


La Campaña de Prusia Oriental finalizó con la Batalla de Danzig.











domingo, 8 de junio de 2008

Campaña de Berlín


ANTECEDENTES





Hasta el inicio de 1945, el Frente Oriental se había mantenido relativamente estable desde Agosto de 1944, tras las consecuencias de la Operación Bagration.

Rumania y Bulgaria habían sido forzadas a rendirse y declarar la guerra a Alemania, además los alemanes habían perdido Budapest y la mayor parte de Hungría.

De esta manera, el llano polaco fue abierto al Ejército Rojo.

Los comandant-es soviéticos, después de su inacción durante el Alzamiento de Varsovia, avanzaron finalmente sobre la capital polaca en enero de 1945.

Durante 3 días, con un amplio frente, cuatro ejércitos soviéticos comenzaron una ofensiva a través del río Narew y desde Varsovia.

Después de cuatro días de lucha, el Ejército Rojo logró vencer la resistencia alemana y comenzó a moverse hacia el oeste, recorriendo hasta 40 kilómetros por día, tomando los estados bálticos, Danzig o Gdańsk, Prusia del Este, Poznań, trazando un nuevo frente a sólo sesenta kilómetros al este de Berlín, a lo largo del río Oder.

Un contraataque fallido llevado a cabo el 24 de febrero por el recién creado Grupo del Ejército Vístula, bajo el mando nominal de Heinrich Himmler, permitió al Ejército Rojo apoderarse de Pomerania y eliminar toda la resistencia en la orilla derecha del Oder.

Mientras tanto, en el sur, los continuos intentos alemanes de levantar el sitio de Budapest fallaron y, finalmente, la ciudad cayó ante los rusos el 13 de febrero.

A pesar de que la derrota era inevitable, Hitler seguía ordenando contraata-ques imposibles, así como la ejecución de tareas irrealizables.

Una ofensiva para capturar el Danubio fue llevada a cabo el 16 de marzo, sin cumplir su objetivo.

El 30 de marzo, los soviéticos entraron a Austria y el 13 de abril, tomaron Viena.















A pesar de que la producción militar alemana había caído a niveles desesperantes, y las reservas de combustible eran más que insuficientes, las tropas alemanas peleaban con mayor fiereza que nunca y por diversas razones:

- El fanatismo nacionalista y anti-comunista.

- La humillación que suponía una rendición incondicional y los millones de refugiados que iban a ser capturados por los rusos.


Estas eran las principales razones que tenía el soldado alemán para oponer resistencia al Ejército Rojo.

De esta manera, la ofensiva hacia Berlín resultaba más lenta de lo que a Stalin le gustaba.

Además, la negativa de Hitler a abandonar la capital del Reich obligaba a los generales alemanes a defenderla a toda costa, ya que habían hecho un juramento de lealtad al Führer, el cual también había ordenado no evacuar la ciudad.

Stalin, por su parte, hacía creer a Eisenhower que la ofensiva sobre Berlín era una distracción para una real ofensiva sobre Dresde y le decía que la última guarida de los nazis estaba en Baviera, cuna del nacional-socialismo alemán, y en el Alpenfestung (fortaleza alpina), en vez de en Berlín, pero al mismo tiempo urgía a los generales Zhúkov y Koniev a capturar la capital del Reich lo más pronto posible para capturar todo lo posible de tecnología nazi en la capital.

Durante un tiempo los americanos planearon enviar paracaidistas sobre Berlín para capturarla, pero Eisenhower no tenía deseos de capturar la ciudad antes que los rusos y, asegurando que las bajas serían elevadas, abandonó el plan, ya que para los americanos era mucho más importante en ese momento la Guerra en el Pacífico contra Japón.







Batalla de las Colinas de Seelow





El 9 de abril de 1945, la ciudad prusiana de Königsberg se rindió al Segundo Frente Bielorruso al mando del General Konstantin Rokossovsky.

Inmediatamente después, Rokossovsky y sus tropas avanzaron al frente del Oder.

La orden de Stalin a sus generales había sido la de avanzar velozmente por un amplio frente, sin dejar espacios en la orilla derecha el río Rhin que los aliados occidentales pudieran ocupar primero.




















Debido a dicha orden, se realizó el despliegue de los Frentes de la siguiente manera:


- El Segundo Frente Bielorruso, al mando de Rokossovsky, avanzó por el norte, cubriendo el territorio desde el mar hasta Seelow.

- El Primer Frente Bielorruso, al mando de Zhúkov, avanzó por el área frente a Seelow, ya que a él se le había concedido el privilegio de llegar a Berlín primero.

- El Primer Frente Ucraniano de Koniev avanzaba al sur.


El Ejército Polaco aportaba unos 79.000 hombres a los Frentes soviéticos, que sumaban 2,5 millones de hombres en total.

La ofensiva también incluía 6.250 tanques, 7.500 aviones, 41.600 piezas de artillería y morteros, 3.255 cohetes Katyusha y casi 100.000 vehículos, la mayoría prestados por los Estados Unidos.










Sumándose a esto, los rusos desplegaron unos 143 reflectores de luz que debían cegar a los defensores, así como iluminar el camino a Berlín.

El 20 de marzo, Hitler designó al General Gotthard Heinrici como reemplazo de un inoperante Himmler en el mando del Grupo de Ejército Vístula.

Heinrici, que era un hábil estratega, adivinó las intenciones de Zhúkov y preparó tres cinturones defensivos cerca de Seelow, protegiendo una autopista que llevaba directamente a la capital de Reich.

Debilitando el frente del Oder en otros puntos, trasladó soldados a Seelow y ordenó inundar la planicie que se extendía entre la población y el río Oder.





Dándose cuenta de lo inútil que sería intentar defender esta planicie, movió a todos sus hombres a la colina detrás de ésta y dejó a un puñado para disimular la retirada.

La localidad de Seelow era defendida por jóvenes soldados de la 9ª División de Paracaidistas, cedidos por Hermann Goering a Heinrici; estos inexpertos soldados sólo tenían dos semanas de entrenamiento en la Infantería y eran dirigidos por expertos pilotos, que no tenían ningún conocimiento de las tácticas de combate terrestre.

Zhúkov pensaba que las colinas no iban a ser gran problema para su ejército, y por eso, a las dos de la mañana del 16 de abril, 22.000 cañones rusos de largo alcance abrieron fuego a lo largo de todo el frente, concentrándose la mayor intensidad frente a Seelow, barriendo cada palmo de terreno en la planicie entre la localidad y el Oder, esperando con esto que los alemanes supervivientes se rindieran.

Para aquel momento, Heinrici había retirado el grueso de sus tropas y las bajas fueron pocas.

A la luz del alba, los tanques rusos, acompañados de infantería, empezaron a cruzar la pantanosa planicie y a acercarse a la colina, pero los cañones anti-aéreos colocados en la cima de la misma empezaron a diezmar a los tanques rusos y los alemanes empezaron a despedazar a la infantería rusa que se batió en lenta retirada debido al lodo.





Por si fuera poco, la espesa niebla que cubría el terreno atenuaba la luz de los reflectores rusos y servía para delatar las formaciones del Primer Frente Bielorruso, más no era suficiente para cegar a los alemanes, como se había planeado...

Mientras tanto, en el sur, el Primer Frente Ucraniano de Koniev iba avanzando de acuerdo al plan, empujando hacia atrás al IV Ejército Panzer del Grupo de Ejército Centro al mando del General Ferdinand Schörner, dicha acción estaba afectando peligrosamente tanto a Heinrici como a Schorner, ya que sus Grupos de Ejército se arriesgaban a ser envueltos.

Stalin, molesto por los contratiempos en Seelow, dio permiso a Koniev para liberar Berlín, presionando a Zhúkov, que envió sus reservas a combatir, logrando avanzar solamente seis kilómetros.

Sin embargo, Zhúkov siguió presionando, sufriendo enormes pérdidas, y en la noche del 18 de abril, sus tropas finalmente llegaron al último cinturón defensivo que Heinrici había levantado.

Para el anochecer del 19 de abril el Frente Oriental había dejado de existir y los restos del 9º Ejército y el IV Cuerpo Panzer corrían el riesgo de ser rodeados por el I Frente Ucraniano que avanzaba desde el sur y el I Frente Bielorruso desde el este.

Éste último se encontraba a menos de sesenta kilómetros de Berlín y ninguna fuerza importante se les oponía.

Sin embargo, para lograr esto, las bajas fueron elevadas, en lo que iba el mes de abril, los rusos habían perdido 2.807 tanques.











La batalla de las Colinas de Seelow el último éxito estratégico del Ejercito Alemán en el Frente Oriental y permitió salvar, gracias a la pericia e inteligencia de Heinrici, a miles de soldados para su utilización en la defensa de Berlin, alargando el final de la guerra.

Las bajas alemanas fueron de 11.000 muertos y heridos, mientras que las soviéticas fueron de 30.000 muertos y desaparecidos.





































Sitio y Batalla de Berlín





El 20 de abril de 1945, Hitler cumplió 56 años, y la artillería rusa alcanzó a Berlín, ocasionando grandes destrozos, que superaron a los causados por los bombardeos aliados.

El I Frente Bielorruso de Zhúkov empezó a rodear la capital alemana por el noreste y el este.

En el sur, el I Frente Ucraniano de Koniev quebraba el flanco norte del Grupo de Ejército Centro de Schörner.

Al mismo tiempo, el III Cuerpo Panzer era atacado por el II Frente Bielorruso de Rokossovsky, que se abría paso entre Stettin y Schwedt.

Cuando Hitler se enteró de que ciertos elementos del 9º Ejército habían tenido éxito defendiendo Cotthus o Cottbus, ordenó que dicho ejército, después de derrotar a las columnas soviéticas que se encontraban al norte, regresara al sur y, junto con el IV Cuerpo Panzer, que se encontraba más al sur, envolvieran al I Frente Ucraniano y lo destruyera.

Después de lograr esta proeza militar, Hitler deseaba que las tropas se dirigieran al norte para formar la tenaza inferior que envolvería al I Frente Bielorruso, mientras que el IV Cuerpo SS Panzer comandado por Felix Steiner sería la tenaza superior.

Hitler, completamente ajeno a la realidad, deseaba que Steiner, con 10.000 hombres y unos pocos tanques acabara con una fuerza acorazada diez veces más poderosa.

Cuando Heinrici se enteró de esta orden imposible de cumplir, le hizo ver a Hitler que el 9º Ejército, lejos de envolver a los rusos, iba a ser envuelto por ellos, además pidió permiso para retirar este ejército al oeste, de lo contrario, pediría su remoción del mando.


El 22 de abril de 1945, Hitler se enteró de que Steiner no había podido avanzar como se había planeado y sufrió un colapso.

Después de culpar a los generales de cobardes y traidores, Hitler aceptó finalmente que la guerra se había perdido.

Además, anunció que se iba a quedar en Berlín hasta el final, y que moriría allí.

El General Alfred Jodl sugirió que el 12º Ejército de Walther Wenck podría abandonar el Frente Occidental y dirigirse a Berlín para unirse al 9º Ejército al mando de Theodor Busse.

Hitler, más calmado, aceptó la idea y envió las órdenes a Whenck y a Heinrici.

Cuando Busse recibió la orden de dirigirse al oeste para encontrarse con Whenck y luego regresar a Berlín, se dio cuenta que el regreso llevaría a un inútil derramamiento de sangre y decidió escapar al oeste para rendirse a los norteamericanos, Whenck estuvo de acuerdo y, después de sufrir numerosas bajas pasando de Halbe, Whenck y Busse se dirigieron al Elba, donde los aliados occidentales los capturaron

(Ver "Batalla de Halbe", más abajo).

Mientras tanto, en Berlín, los tanques rusos ya estaba llegando al anillo defensivo de la ciudad, mientras que en el norte, el II Frente Bielorruso había avanzado 15 kilómetros más allá del Oder y tenía ocupado al III Cuerpo Panzer.

Cottbus se había perdido y, para el 23 de abril de 1945, el 9º Ejército había quedado separado de la ciudad, y parte del I Frente Ucraniano había partido al oeste a encontrarse con el 12º Ejército de Whenck.

Para el 24 de abril de 1945, Berlín quedo sitiada.

Hitler encargó al General Helmuth Weidling la defensa de la ciudad.

Al día siguiente, el II Frente Bielorruso finalmente cruzó la línea de defensa del III Cuerpo Panzer, y los rusos y los norteamericanos hicieron el primer contacto cerca de Torgau en el río Elba.

Las fuerzas disponibles para la defensa de Berlín, ahora que Busse había escapado al oeste con el 9º Ejército, eran varias divisiones de la Waffen-SS, restos de varias unidades de la Wehrmacht, jóvenes sin mayor experiencia de las Juventudes Hitlerianas, ancianos reclutados en el Volkssturm, policías, y veteranos de la Primera Guerra Mundial.

A pesar de las superioridad numérica del Ejército Rojo Soviético, la lucha en la ciudad fue muy feroz, y se tuvo que pelear casa por casa hasta llegar al Reichstag.








Para la defensa de Berlín, se dispusieron las pocas tropas disponibles de la siguiente manera:


- En el oeste, la XX División de Infantería.

- En el norte, la IX División de Paracaidistas.

- En el noreste, la División Panzer Müncheberg.

- En el sureste, la División Nordland de las SS.

- En el este del aeropuerto Tempelhof, mientras que la XVIII División de Panzergrenadiers estaba como reserva en el distrito central.



El resultado de la batalla ya estaba sellado, pero el fanatismo germano impedía la rendición, de esta manera, la ciudad sufrió graves daños mientras que el Ejército Rojo avanzaba desde el sureste por la avenida Frankfurter, desde el sur por la avenida Sonnen, desde el sur por la Plaza Potsdamer, y desde el norte, acercándose peligrosamente al Reichstag, y por ende acercándose al búnker de la Cancillería, donde estaba Hitler.

Los lugares de lucha más intensa fueron:


· El Reichstag.

· El puente Moltke.

· La Alexanderplatz.

· Los Puentes en Spandau, donde se libró una fuerte batalla por su captura.


Los combatientes extranjeros en las SS peleaban con mayor fiereza, ya que sabían que en sus países serían juzgados como traidores y ejecutados.

El 28 de abril de 1945, Heinrici se negó a obedecer la orden de Hitler de retener Berlín sin importar las bajas e inmediatamente fue relevado del mando y reemplazado por el General Kurt Student.
El 30 de abril, los soviéticos llegaron al centro de Berlín, y Adolf Hitler se casó con Eva Braun, su mujer por un día.

Luego ambos se suicidaron.












Finalmente, el General Weidling rindió Berlín el 2 de mayo de 1945.




CONSECUENCIAS



Los tanques perdidos por los soviéticos superaron todos los cálculos realizados, debido a la eficaz utilización del Panzerfaust, que no fue suficiente para detener el avance blindado sobre la capital, en el que se perdieron 1.997 vehículos soviéticos.

En la Batalla de Berlín, los soviéticos perdieron unos 917 aviones de guerra.

La tenaz resistencia alemana fue quebrada al acabarse las municiones y las tropas.
Los soviéticos reportaron unos 81.116 muertos y desaparecidos (25.000 muertos más 56116 desaparecidos o prisioneros) y 280.251 heridos y enfermos.

Por su parte, los alemanes perdieron alrededor de 150.000 y 173.000 hombres (entre muertos y heridos). Además, 134.000 soldados fueron hechos prisioneros de guerra y 152.000 civiles berlineses murieron en la Batalla.
Las últimas voluntades de Hitler, ordenaban que el Gran Almirante Karl Dönitz se convirtiera en Presidente del Reich, mientras que Joseph Goebbels sería el nuevo Canciller de Alemania, sin embargo el suicido de éste último, junto con toda su familia, dejó a Dönitz con la responsabilidad de la guerra.




Batalla de Halbe




La Batalla de Halbe ocurrió en los últimos días de abril de 1945, cerca del Bosque de Spreewald, cerca del río Spree, específicamente en la aldea Halbe, a unos 100 km al sureste de Berlín.

Habiendo sido cercados por el Ejército Rojo, el General Theodor Busse intentaba desesperadamente reunir al IX Ejército con el XII Ejército, bajo el mando del General Walther Wenck, para juntos entregarse a las fuerzas angloamericanas.

Además de ser continuamente atacados por los soviéticos, el IX Ejército iba acompañado por caravanas de refugiados, que hacían más difícil la huida.

Para el 21 de abril de 1945, el Ejército Rojo Soviético estaba cerrando el cerco sobre Berlín gracias a dos grandes Ejércitos de Choque se movían como tenazas, un grupo avanzaba por el noreste y el otro por el suroeste.

El IX Ejército Alemán comandado por el General Theodor Busse iba a encontrarse directamente con el grupo que venía acercándose desde el suroeste.

Este grupo era el Primer Frente Ucraniano, bajo el mando del General Ivan Koniev, el cual tenía órdenes directas de Stalin de llegar a Berlín lo más pronto posible, y personalmente Koniev quería llegar a la capital alemana antes que el grupo del norte bajo el mando del General ruso Georgy Zhúkov.

Por esta razón, Koniev no se enfrentó directamente al IX Ejército, sino que lo esquivó por el sur, pasando detrás de ellos.

El 22 de abril, Hitler aceptó finalmente que la guerra estaba perdida al fallar una ofensiva que había ordenado.

Para calmarlo, el General Alfred Jodl sugirió que el IX Ejército de Busse podría abandonar el Frente Oriental y reunirse con el XII Ejército bajo el mando de Walther Wenck, en el Frente Occidental y juntos regresarían a Berlín y repelerían a los rusos, como ya se ha dicho.

Obviamente, las probabilidades de éxito eran mínimas, ya que en ese momento el IX Ejército se encontraba rodeado completamente y, junto a ellos se encontraban los restos de varios cuerpos, incluyendo los Defensores de Fráncfort, sumando un total de 80.000 soldados.

Cuando Busse recibió las órdenes, comprendió que el sólo hecho de encontrarse con el XII Ejército de Wenck sería una hazaña.

El General Busse llamó a Wenck inmediatamente y le dijo que iba a encontrarse con él, tal como Hitler le había ordenado, pero que no regresaría a Berlín, sino que cruzaría el Elba y se entregarían a los Aliados.

Wenck aceptó y, el 24 de abril de 1945, envió parte de sus hombres a Potsdam para intentar sacar a los refugiados de Berlín, mientras que a otra parte la envío al este, a intentar acercarse a Busse que, según sus propias palabras, "iba a a abrirse paso como una oruga".

El IX Ejército utilizó los 31 tanques que le quedaban para encabezar la caravana que iba a abrirse paso rápidamente, intentando no dar tiempo a los soviéticos de detenerlos.

Cuando el comandante del Primer Frente Bielorruso Georgy Zhúkov se percató de la posible vía de escape de las fuerzas atrapadas en el cerco, inmediatamente envío tropas al Bosque de Spreewald a reforzar el cerco.

Koniev deseaba la gloria de capturar al IX Ejército para él, por lo que envió tropas a reforzar el cerco también.

En la mañana del 26 de abril, la caravana alemana logró llegar al llamado "punto débil" del cerco justo cuando los dos grupos soviéticos lo cerraban completamente.

Muchos alemanes lograron cruzar antes de que estallara la batalla, pero otros tuvieron que cruzar abriéndose paso bajo fuerte artillería y ataques aéreos, y otros quedaron atrapados.

En este momento, Hitler se enteró que el verdadero plan de Busse no era regresar a Berlín, sino escapar al oeste, y furioso mandó a llamar al IX Ejército de vuelta, pero el general Busse ignoró esa orden.

Toda esa noche y el día siguiente los alemanes entablaron combates para romper el cerco soviético cerca de la aldea de Halbe, pero si bien lograron escapar algunos soldados, no hubo evacuación masiva.

El 28 de abril, los alemanes intentaron abrirse paso de nuevo por el Bosque de Spreewald, y si bien muchos escaparon, muchos también murieron en el intento.


La caravana alemana se encontraba en ese momento dispersada por todo el bosque, y los soviéticos empezaron a rodear a cada segmento y a destruirlo.


La situación en Halbe era de un caos total, todas las unidades se habían mezclado y tropas de la Wehrmacht y las SS se culpaban entre ellas del desastre actual.

Al mismo tiempo, los soldados más jóvenes desertaban en masa y se escondían en las casas de los civiles, algunos soldados intentaban sacarlos, pero eran asesinados por los desertores.

Eventualmente, casi 25.000 soldados pudieron romper el cerco y escapar, unos 30.000 soldados alemanes murieron y los restantes fueron capturados y enviados a campos de concentración.

Después de pasar días sin dormir y cruzar a nado ríos helados, Busse y sus hombres lograron encontrarse con el XII Ejército de Wenck.

Completamente agotados, algunos se desmayaron.

Sin embargo, la marcha estaba lejos de concluir, ya que inmediatamente tuvieron que reiniciar la huida porque los soviéticos les pisaban los talones, y no pudieron parar hasta que establecieron contacto con los norteamericanos.

Hoy en día, en el Cementerio de Halbe, hay enterrados cerca de 30.000 alemanes, y en un cementerio cercano al camino Mark-Zossen están las tumbas de unos 20.000 soldados soviéticos.

Sin embargo, cada año se encuentran las osamentas de numerosos soldados, por lo que se cree que la cifra de bajas es mucho mayor.

Se estima además que unos diez mil civiles murieron en la batalla.

Tal como lo supuso Busse, el hecho de haber escapado más de 25.000 soldados y miles de civiles al cerco soviético es una hazaña, y Busse y Wenck fueron recordados por muchos soldados como los generales que salvaron muchas vidas al desobedecer a Hitler, si bien hubieran podido salvar muchas más si lo hubieran hecho unos días antes.




BATALLA DE PRAGA



El General Soviético Ivan Koniev lideró el ataque con el Primer Frente Ucraniano, ayudado por el Segundo y Cuarto Frente Ucraniano a cargo de los generales Rodion Malinovsky y Andrei Yeremenko, respectivamente.

Cuerpos polacos, rumanos y checos también participaron, totalizando 2 millones de soldados atacantes.

Los alemanes sumaban unos 900 mil soldados, restos del Grupo de Ejército del Centro, comandados por Ferdinand Schörner, así como tropas austríacas lideradas por Lothar Rendulic.

A pesar de que Alemania se había rendido el 8 de mayo, este ejército alemán no obedeció la orden y se convirtió en un foco de resistencia en Praga, en aquel momento, los partisanos checos se encontraban luchando en la ciudad, por lo que una vez librada la Batalla de Berlín ya descrita, el ejército de Koniev marchó a someter a los alemanes y relevar a los partisanos.

El Ejército de Liberación Ruso comandado por Andrey Vlasov estaba formado por rusos anti-stalinistas pero, al enterarse de que los alemanes no pensaban retirarse, decidieron entregar la ciudad al Ejército Rojo, para salvarla.

Después de que los soldados de Vlasov y los partisanos iniciaran un levantamiento el 5 de mayo con un éxito moderado, los rusos iniciaron el asalto.

Como era de esperar, la resistencia fue inútil, y el 9 de mayo, los rusos entraron a Praga, y el 11 de mayo de 1945, el combate acabó.

Los partisanos fueron relevados y los soldados de Vlasov fueron posteriormente exiliados o ejecutados, a pesar de haber contribuido en la toma de la ciudad.

Erróneamente, se ha llamado "fanáticos" a los soldados alemanes que participaron en esta batalla, porque siguieron luchando a pesar de que el gobierno había rendido el país, sin embargo la verdad es que los alemanes pensaban resistir en Praga hasta la llegada de los norteamericanos.

El General Schörner había escuchado que la vanguardia americana había llegado a la frontera de Checoslovaquia, y que era cuestión de días que entraran a Praga, por lo que decidieron resistir a los rusos, dando la oportunidad a las tropas del General George Patton de liberar Praga primero.

Lo que Schörner no sabía era que el General en Jefe Eisenhower había dado la orden de no avanzar más allá del Elba, y dejar Checoslovaquia a los soviéticos.

Cuando los alemanes se dieron cuenta de que los norteamericanos no pensaban liberar Praga, se rindieron, siendo capturados casi 800.000 hombres del Grupo de Ejército del Centro.

Las bajas entre los bandos beligerantes fueron las siguientes:


· Alemanes: 50.000 soldados muertos y 850.000 prisioneros.

· Soviéticos: 11.997 soldados muertos o desaparecidos y 40.501 hombres heridos.

· Resistentes Checos: 1.694 hombres muertos y 1.600 heridos.

· Ejército Ruso de Liberación de Vaslov: 500 soldados muertos.





Escalofriante testimonio de las violaciones realizadas por el Ejército Rojo Soviético durante la Campaña de 1945





Gran vídeo del History Channel sobre la Batalla de Berlín





Otro vídeo sobre la Batalla de Berlín